Le Rondini di Casa Bernardi

El piso Le Rondini, es un piso soleado y panorámico situado en el último piso de Casa Bernardi, en los pisos de abajo: La Fontana y L'antica Canonica.
Casa Bernardi se encuentra en el centro del antiguo pueblo, el 'Mass dei Bernardi', en Montagnaga di Pinè. En el exterior de la estructura hemos colocado estatuas de madera de cedro talladas con motosierra de tres gnomos, Bernardo, Iolanda y Fero, para dar un toque de magia al pueblo encantado.
Situado en Montagnaga di Pinè, una localidad turística en el corazón del Trentino, a 980 metros de altitud, la meseta de Pinè ofrece paisajes vírgenes, bosques y lagos encantadores, con todas las comodidades para unas vacaciones en todas las estaciones del año.
La estructura es totalmente para NO fumadores. La entrada es independiente, accesible por escaleras externas, consta de dos habitaciones: la habitación doble y la segunda habitación con una cama individual. En el salón hay un sofá cama. En el piso pueden dormir 5 personas, está disponible bajo petición, una cuna para un niño de hasta 2 años. El salón está equipado con un sofá y un televisor de pantalla plana. La cocina está totalmente equipada con electrodomésticos: cocina, nevera con congelador, horno, cafetera y hervidor de agua. El baño es completo con bidé, bañera y lavadora. En el exterior se encuentra el porche cerrado, perfectamente amueblado con mesa y sillas para comer y disfrutar de las magníficas vistas.
Situado en Montagnaga di Pinè, una localidad turística en el corazón de Trentino, a una altitud de 980 metros, la meseta de Pinè ofrece paisajes vírgenes, encantadores bosques y lagos, con todas las facilidades para unas vacaciones en todas las estaciones del año.

Los ciclistas de montaña salen a descubrir la belleza del valle. Desde el florecimiento de los prados hasta la sorprendente belleza de la variada flora, en verano la naturaleza despliega toda su riqueza y variedad. Una panacea para el espíritu. En Trentino, el visitante tendrá donde elegir: fortalezas, museos, iglesias, ruinas, montañas, plazas, jardines, lagos y mucho más...

Son lugares especiales, donde se puede saborear el gusto de la tradición. En invierno, por ejemplo, se percibe en el aire el aroma de las chimeneas encendidas, mientras que en verano el viento trae la brisa de los campos y el perfume de las cocinas. Lugares perfectos para una escapada romántica, para recuperar el tiempo y saborear el placer de las pequeñas cosas.